El poder de la fe que vive en ti


El libro de Jueces relata la historia de una época muy oscura para Israel. Aún en las tinieblas, Dios estaba trabajando. Como frecuentemente lo hace, Él trajo luz y esperanza desde el lugar más inesperado. Noemi acompañó a su esposo incrédulo, Elimelec, a la tierra de Moab. Él dudó que Dios pudiera sustentarlo en la tierra prometida, por lo que le dio la espalda a la provisión del Dios de Israel.

Años más tarde, Noemi regresó de Moab a Belén. Su esposo y sus dos hijos habían fallecido. Lo único que le quedaba era su nuera, Rut. Aún en su amargura y tristeza, Noemi mantenía la fe en el Señor de los ejércitos. Rut lo sabía y esa misma fe comenzó a crecer en su interior. Rut adoptó al Dios de Noemi, el Dios de Israel, como su Dios con estas famosas palabras:

"Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios" (Rut 1:16).

¿Qué fue lo que hizo que Rut hiciera suyas las promesas del pacto del Dios de Israel? Había visto a su esposo, a su suegro y a su cuñado morir en Moab. Había visto la pena de Noemi. Tenía claro que Israel ya no era la potencia política y militar que fue durante la conquista de Canaán, bajo el liderazgo de Josué. Sabía que Noemi no tenía garantía de prosperidad una vez que regresaran a Israel y que muy probablemente tendría que cuidar de su suegra en su nueva patria. ¡No era un futuro prometedor!

A pesar de ello, a través del poder del Espíritu Santo, Rut fue atraída por el Dios de Noemi. La atracción era tan potente que rechazó a su gente y sus dioses y eligió honrar a Noemi y seguir a su Dios. Así vemos que en medio de su tristeza, Noemi se acordó de su Dios, tanto que Rut estaba dispuesta a dar su vida por seguir a este Dios.

Conforme Rut se levantó de las cenizas de su vida miserable en Moab, Dios hizo brotar en ella el poder de una fe vivificante. Esta joven confió su vida al Dios de Noemi. Cuidó de su suegra y siguió respetuosamente su dirección y consejo de presentarse ante Booz. En todo esto Rut demostró que la fe que vivía en Noemi ahora ardía fuertemente dentro de ella.

En la oscuridad vino la luz; en la desolación surgió la esperanza; en medio de la incredulidad llegó la bendición. Del vientre de una extranjera nació descendencia real. Rut vino a ser la abuela del Rey David y ancestro de Jesucristo, ¡el Rey de reyes!

En nuestro mundo actual las cosas son ciertamente sombrías, ¡pero el Dios de Noemi y Rut aún vive y reina! Todavía brinda esperanza cuando no quedan más que cenizas. Cuenta la historia de Rut a tus hijos. Recuérdales el poder de la fe que Dios da como un regalo a Sus hijos. Diles que el propósito de Dios para toda la historia todavía permanece. Nadie puede hacer retroceder Su mano.

Muéstrales a tus hijos el poder de la fe que vive en ti.


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Publicación original en http://www.shepherdpress.com/the-power-of-faith-living-in-you/
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Traducción: Noemí Vázquez, BCTA


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